LA DERROTA DEL PSC ( I parte)
En política es tan importante la definición de los objetivos y metas, como su temporización a la hora de ponerlos en marcha.
Es lo que actualmente se denomina marcar los tiempos o controlar los procesos. Esto es a lo que la dirección del PSC se está dedicando, pues es su obligación, para eso están en la cúspide organizativa. Ellos fueron los que decidieron la composición y miembros del gobierno, fueron ellos también los que marcaron la agenda política y temas a enfatizar, también los que determinaron los tiempos e incluso el escenario y fecha electoral.
Coincido con la dirección que ahora no toca abrir el debate ni de nombres ni de compañeros que dirigirán el futuro del PSC por la proximidad de las elecciones municipales, pero esto no se puede erigir en un tótem donde sacrifiquemos una tranquila evaluación y reflexión de los resultados electorales, pues si no hiciésemos este ejercicio, los ciudadanos nos volverían a retirar su confianza.
El President Montilla ya hizo el primer gesto de no presentarse a la reelección y no recoger su acta de diputado, asumiendo así la distancia de más de 20 puntos que nos separan de CIU comparando con los 4.7 puntos del 2006.
El PSC debe convertirse en una caja de resonancia donde el ciudadano pueda sentir que hemos escuchado su mensaje, que asumimos nuestros errores y que algo hemos hecho mal.
Sin este reconocimiento coral de culpa y propósito de enmienda me atrevo a vaticinar un segundo sunami en las elecciones municipales.
Resumir que la derrota o la pérdida de más de 600.000 votantes desde el 2003 al 2010 es imputable a la crisis económica o al recorte del Estatut es simplificar mucho el debate, han habido multitud de variables e incógnitas, pero en estas elecciones lo que cabe destacar es que dos axiomas políticos han sido derrotados: El primero, era que una alta participación nos favorecía y el segundo era, que el votante desencantado pasaba primero por la abstención y permítanme que añada yo un tercero, los ciudadanos nos han dado un baño de humildad.
Yo sí he percibido un voto de castigo al PSC, los votos nulos prácticamnete se han duplicado del 2006 al 2010 al igual que los votos en blanco( 2003 votos nulos y blancos 39.005 a 124.058 del 2010 !!!!!!!) y por que no decirlo también ha habido un cierto trasvase de votos de PSC a Convergencia.
No pretendo en estas lineas analizar lor resultados de Plataforma por Catalunya, aunque me preocupan mucho como socialista, por que indican un auge de la xenofobia y fractura social.
Volviendo al relato inicial, en política a parte de humildad y más para los socialistas, se necesita empatía, empatía para percibir el estado de ánimo de los ciudadanos ya que si esta empatía no se produce se genera frustración y distanciamiento.
Los análisis macroeconómicos, hay que complementarlos con visiones a ras del suelo, los anuncios de créditos rápidos dieron paso a largas colas en el Cash and Convers, cientos de anuncios de compro oro y bocatas de papel de aluminio y fiambreras, claro, que esto en los restaurantes de alto copete no se observa.
Y este sencillo sumando tiene una fácil resolución: incertidumbre.
Incertidumbre de los ciudadanos no ya respecto a su futuro lejano ( pensiones y edad de jubilación) sino a su presente inmediato, presente que cabalga a lomos de un caballo desbocado que se llama crisis financiera.
Este es uno de los vectores que nos ha afectado, el otro el identitario.
Parte del electorado nos ha podido responsabilizar, aunque en una segunda derivada del recorte del Estatut, quizá contribuyó la nefasta salida que dio el PSC al President Maragall, o quizá no supimos comunicar que los únicos responsables de dicho recorte fueron Mariano Rajoy, el PP y su recurso de inconstitucionalidad.
Y el último vector que quizá nos ha afectado: el calendario.
Ya que no es solo un calendario Santoral, el calendario se convirtió en un auténtico via crucis: huelga de funcionarios, manifestaciones en defensa del Estatut, referendo de la diagonal, consultas populares en la mayoría de municipios por la independencia, huelga general, recortes presupuestarios en infraestructuras y políticas sociales, el paro aumentando...
Buff, ante estos tres vectores el escenario era predecible, quizá el PSC haya oído mucho run run pero no ha sabido escuchar, no hemos sabido escuchar.