dimarts, de desembre 14, 2010

DERROTA DEL PSC (II parte)



Hubo un viejo compañero que me recomendó una lectura, Virtudes Publicas, de Victoria Camps y que podría sintetizar, el que los medios prefiguran el fin. Se ha hablado que parte de la derrota del PSC en estas elecciones ha sido responsabilidad de los temas identitarios, estatut y grupo parlamentario, o de la crisis económica.

No cabe decir que la burbuja inmobiliaria es responsable de la crisis económica que estamos sufriendo y se habla de ella como algo cotidiano, y yo quiero crear un símil entre burbuja inmobiliaria y burbuja ideológica.

Por una parte la burbuja inmobiliaria nos ha conducido a una crisis sin precedentes en el tema económico, y desde mi punto de vista, la burbuja ideológica que se ha creado dentro del partido nos ha encaminado a su vez hacia una crisis ideológica.

Sendas burbujas tienen denominadores comunes.

Creamos un partido, como se crea una casa... cimientos, ladrillos, proyectos de futuro. Este material, ya con un elevado valor inicial, pasa a manos de unos especuladores que dan el valor que ellos consideran, un valor de mercado, reduciendo el valor sentimental de muchos sacrificios e ilusiones, a un simple valor de marketing, banal, frio y distante. Sin haber sido ellos los que en realidad han sudado día a día, poniendo y creando las bases de esa vivienda.

Los especuladores no piensan en el trabajo, en lo que ha costado subir y mover cada uno de esos tochos, no saben lo que tubo que pensar el arquitecto que creó el proyecto, y el aparejador que diseño la obra, son oportunistas, que en un momento puntual ven crecer la obra de una idea que se ha revalorizado sin pensar que esa obra ha tenido muchas horas de tajo. En este caso han habido manobras que se han considerado arquitectos con el tiempo, pero no lo son, sólo han comprado hipotecas ninjas con paquetes tóxicos, sin ver los riesgos, por que se veían en la cresta de la ola.

Tanto en el plano inmobiliario, como ideologico, se han estado tirando al suelo construcciones sólidas, de alto valor histórico por el afán de construir algo nuevo, aunque peor. Viviendas e ideas de tabiques débiles, con malas cañerías, y con comerciales a comisión, en fin, pensando que esto nos iva a aportar beneficios en el futuro.

Fuimos haciendo crecer la burbuja diciendo que nosotros éramos el garante de la mejor financiación y del mejor desarrollo estatutario, incluso se comentó en un comité federal que por que ya no estaba Pascual Maragall, ya no tenían escusas nuestros compañeros de PSOE para no hacernos caso.

Esa burbuja se fue inflando diciendo que teníamos mayor capacidad de influencia con el PSOE que nunca: conseguiríamos la mejor financiación para Catalunya, las mayores inversiones, los mayores trasvases de competencias y la gente creyó que no, y esto generó mucha frustración.

No hemos tenido ningún ministerio que permitieran garantizar inversiones suficientes sobre Catalunya, no como cuando eran Josep Borrell , Narcis Serra, Jordi Solé Tura, Joan Majó o Ernest Lluch ministros. No hemos tenido visualización en el Congreso de los Diputados. Hasta Joan Herrera sin grupo parlamentario propio, a sido más visualizado que nosotros.

Hemos pecado de buenos con los compañeros del PSOE, y en parte se debe a que ellos consideran que sacarán un buen resultado en las generales y entonces yo sentencio, que no entienden nada de Catalunya.

Catalunya favorecerá siempre a un gobierno del PSOE antes que a una derecha española, pero a su vez Catalunya necesita ser “estimada” . Mientras el PSOE sólo nos considere un millón de votos para las generales, el PSC habrá fracasado en su labor pedagógica, Catalunya no es tan solo un país, es una forma de entender España,

Esta burbuja que nosotros mismos hemos creado nos ha llevado a sobrevalorar una situación y ha generar unas expectativas que no hemos cumplido y que los ciudadanos nos han penalizado.

Por eso ahora no podemos cometer los mismos errores del pasado, no podemos pensar que una reunión de alcaldes solventará el futuro del PSC, apelo a la responsabilidad de los militantes a enarbolar la bandera de Ernest Lluch y de otros muchos compañeros que ya no están y otros tantos que nos hemos ido dejando en la cuneta; esa burbuja y esa ola creciente que ha permitido al PSC resetear localmente su historia y crear figuras de barro, debe volver a recuperar cimientos sólidos e ideologías sedimentadas e ilusión de futuro.

No podemos actuar con procesos de cooptación tradicionales, debemos aprender del PSM, PSPV aunque nos duela, y reconocer que en el partido nos hemos equivocado y debemos apostar por unas primarias abiertas, y una forma y fondo de hacer política, donde todos y cada uno de los militantes tengan algo que decir y aportar sin tener el más mínimo de los miedos .

Silenciando a muchos compañeros hemos roto con el pasado, nos ha pasado factura en el presente y ahora tenemos la responsabilidada de entre todos, rehacer el futuro.