dilluns, d’abril 09, 2007

SEUDONIMO

Antiguamente, entre personajes históricos abundaban colecciones y publicaciones de epistolarios, cruces de cartas que intercambiaban reflexiones y pensamientos, con destinatarios y remitentes, a veces firmados, otras veces anónimos.

La técnica del anonimato siempre ha sido utilizada desde la antigüedad, o como forma de expresarse en ausencia de libertad, o como forma de difamación.
Por poner algunos ejemplos citaría las pintadas en el foro romano contra Julio César, o mas tarde cuando el amigo Gutemberg nos obsequió con su maravilloso invento, nuestro famoso Don Francisco de Quevedo se desahogó con sus comentarios ácidos, famosamente publicados contra la monarquía.

No importa el medio, si una pared, un periódico o internet siempre habrá personas que utilicen la palabra para su uso, Gabriel Celaya decía… la poesía es un arma cargada de futuro. El fascismo y las dictaduras siempre han sabido, y lo saben, que la palabra escrita, hablada, pintada o publicada, es, ha sido y será un arma cargada de futuro.

Se escriben multitud de cosas, se sobredimensionan otras, da igual el púlpito, pude ser Federico o Mariano, siempre se intenta establecer una batalla entre el bien y el mal, los evangelios así lo decían, nuestra educación también, o Dios o el diablo, o el cielo o el infierno, la gran dicotomía, que está actualmente y como siempre en boga de un sector político-social, para seguir dividiendo, lo que antes fueron las dos Españas, que sean hoy , el “o con nosotros o en nuestra contra”. Esto que está tan en boga del PP y de muchos sectores mediáticos no puede ser una praxis entre nuestras filas, por que nadie tiene la verdad absoluta, si criticamos al PP por el nos contra vos, nosotros jamás podemos caer en esa lucha dentro de nuestras filas, puesto que será nuestro mayor error.

A pesar de que en esta sociedad la esperanza se ha sustituido por la supervivencia y solo nos queda la lucha entre el bien y el mal, a pesar que ahora se viva sin temor a las consecuencias, y que no haga falta rezar, ni confesase y baste con pagar cada mes tu crédito, ahora que solo necesitamos una vida presente y la inmediatez y la satisfacción del Carpe Diem. En una sociedad donde el “difama que algo queda” es gratis, son pocas personas que sean capaces de sacrificarse por una idea o por un colectivo. Es obvio que los valores han cambiado, cada día son menos las personas que trabajan por un futuro mejor.