divendres, d’abril 24, 2009

Crisis




Crisis.

Esta crisis financiera, no es tan sólo una crisis financiera, sino también una crisis de valores. Por que hago esta aseveración, me explicaré: cuando 220 personas en el mundo controlan el mismo capital que el 45% de la población mundial, es que algo falla. Siempre he pensado que la gente para crearse patrones de conducta, suelen mirar a la cúspide de la pirámide.

Como visten las estrellas, como se peinan nuestros futbolistas, inclusive que traje llevan los empresarios agresivos ( último modelo de móvil, claro está), por que los trajes del presidente de la Generalitat valenciana ya no están de moda, por mucho que Mariano Rajoy intente echarles naftalina y guardarlos en el armario.

A lo que íbamos, estaba intentado vincular la crisis económica a la crisis de valores, unos valores que iban a caballo del crecimiento económico, de las ganancias rápidas y especulativas, del todo vale para conseguir el resultado, hasta que ese caballo se desbocó y ya no se sabe que dirección coge, y ni si aguantará el peso de todos sus jinetes.

Todo esto nos llevó a un consumismo desaforado y a una ostentación social abrumadora. Que esto no aguantaría, se veía venir, o si más, no se podía intuir. No era posible mantener ese ritmo de vida por parte de la sociedad, espero que esto nos sirva de lección a todos para crear una más justa. Porque hemos pasado del axioma de Eric Fronm del SER o ESTAR”, al yo soy donde ESTOY y lo que APARENTO.



Corolario:
En esta mundo de consumo se abrían, cada dos por tres, tiendas de móviles última generación, donde podías recargarlos, incluso en cajeros y estancos.
Pues al lado de mi casa han abierto un local esotérico, ( yo pensaba que no tendría éxito, me equivoqué) donde entre otras muchas cosas, aparte de artes quirománticas se puede leer un cartel donde pone: “se recargan talismanes”.
Si la gente no ve la cima de la pirámide, porque está preocupado por el día a día, necesita creer que tarde o temprano cambiarás su racha.
Y no es eso señores y señoras, no es eso. Sino que es una economía sujeta a los valores de los hombres, y no unos hombres sujetos a los valores de la economía.